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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Pure seduction{Louis Tomlinson}
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
Página 1 de 1. • Comparte
Pure seduction{Louis Tomlinson}
por disappear. Vie 27 Jun 2014, 9:46 pm
► Título: Pure seduction.
► Autor: disappear.{Vics}
► Adaptación: No.
► Genero: Drama&Romance. Incluye escenas eróticas.
► Advertencias: Lenguaje vulgar, escenas subidas de tono, se avisará con antelación igualmente.
► Otras páginas: No.
► Autor: disappear.{Vics}
► Adaptación: No.
► Genero: Drama&Romance. Incluye escenas eróticas.
► Advertencias: Lenguaje vulgar, escenas subidas de tono, se avisará con antelación igualmente.
► Otras páginas: No.
Pure seduction
Louis Tomlinson, el hombre más pedante y estirado, es arrastrado a la ciudad de Australia, por problemas de herencia con su padre. Como de costumbre para este, lo único que debe hacer es arreglar sus asuntos con algún abogado y fin; pero esta vez no era así.
Summer Betharny, una impresionante morena y además una excelente dibujante, se ve atrapada por el juego de seducción que creó Louis junto con ella, y como pudo prevenirlo desde un comienzo, una serie de problemas.
Tanto Louis como Summer están dispuestos a complacerse el uno al otro, sólo seducción y nada más, pero cuando los sentimientos se mezclan de por sí, ya nada es tan predecible como parecía en un inicio.
Summer Betharny, una impresionante morena y además una excelente dibujante, se ve atrapada por el juego de seducción que creó Louis junto con ella, y como pudo prevenirlo desde un comienzo, una serie de problemas.
Tanto Louis como Summer están dispuestos a complacerse el uno al otro, sólo seducción y nada más, pero cuando los sentimientos se mezclan de por sí, ya nada es tan predecible como parecía en un inicio.
disappear.
Re: Pure seduction{Louis Tomlinson}
por Framboise Vie 27 Jun 2014, 11:18 pm
No había visto éste apartado!
Dioses me encantó la sinopsis! Debes de seguirla, en serio!
Primera y fiel lectora.
Me llamo Daniella, pero me puedes decir Dani c:
Dioses me encantó la sinopsis! Debes de seguirla, en serio!
Primera y fiel lectora.
Me llamo Daniella, pero me puedes decir Dani c:
Framboise
Re: Pure seduction{Louis Tomlinson}
por disappear. Dom 27 Jul 2014, 8:29 pm
Framboise escribió:No había visto éste apartado!
Dioses me encantó la sinopsis! Debes de seguirla, en serio!
Primera y fiel lectora.
Me llamo Daniella, pero me puedes decir Dani c:
Oh, qué alegría:) me encanta que te haya gustado
bienvenida a este mundo, donde Louis será el patán más grande del mundo y Summer el amor de mi vida(?) lindo nombre, el mío es Victoria, llámame cómo gustes también:) besos<333disappear.
Prólogo
por disappear. Dom 27 Jul 2014, 9:59 pm
Prólogo
Repiqueteaba incesantemente sus dedos contra la mesa de roble bien pulida y brillante ante la luz del día. Alterado, y sin ninguna respuesta ante sus dudas, tomó su celular y comenzó a husmear algunas noticias. Cuando al fin se entretuvo con algo, salió el abogado Anthony March, regalando una abierta sonrisa. Louis, abstraído por el momento, no lo vió y siguió con lo suyo. Anthony se aclaró la garganta, intentando llamar la atención del presente.
—Señor Tomlinson, siempre es un gusto tenerte por aquí una vez más —éste le extendió la mano para que Louis la tomará.
—Ya sabes, problemas —bufó, recordando cada vez que fue a la oficina de Anthony a requerir de su trabajo. Advirtió la sardónica sonrisa que aparecía en la cara del abogado.
—Me lo imagino —pero, por supuesto que no era así; era la simple cuestión de caerle bien al cliente.
—Si no hay más de que hablar, me gustaría que empezáramos lo antes posible con esto —explicó Louis, irritado por los inconvenientes que le estaba provocando su difunto padre.
Pasaron al despacho de Anthony, y se acomodaron tranquilamente sobre los mullidos asientos. El abogado, muy bien pagado por cada cliente, se sentía gratamente feliz aquel día, por el pensamiento de cuánto sería el dinero que ganaría. Sacudió la cabeza, alejando esos ideas y observo tranquilo a Louis.
—¿Qué está sucediendo ahora?
—Mi padre murió, dejó la herencia y, si bien no tengo demasiado interés en su asqueroso dinero, lo quiero. Pero se presentó un gran problema: mis hermanastras.
—Ya veo… —susurró algo dolido. Se tocó la barbilla, intuyendo de qué se trataba todo.
—No quieren que acepte la herencia, y quisiera que todo se arreglará de una jodida vez.
—Vale. Debo ver más intensamente todo lo que ocurre. Mientras tanto, mi único consejo sería por ahora no te entrometas en estos temas —y tenerlo por un tiempo fuera de su alcance también serviría de ayuda para el abogado de la familia Tomlinson.
—¿Entrometerme? Le repito textualmente lo que dije: “Quiero que esto se arregle de una jodida vez”. Esas altaneras de mis hermanastras me están haciendo la vida imposible, y quiero que esto se acabe. ¿Me explico?
—Perfectamente —respondió Anthony, de forma automática. Se sentía lo bastante nervioso por la situación, pero la actitud de Louis no le estaba haciendo mucho juicio.
—¿Cuánto durara todo esto?
—No logro comprenderlo, ¿a qué se refiere?
—¡Ésta jodida situación!
—No lo sé, Louis.
Louis suspiró, cansado. Se pasó rápidamente las manos por el pelo, despeinandolo levemente.
—Mi consejo, sería que te vayas de viaje unos cuántos días, y en lo posible unos pocos meses.
—¿Es para tanto todo esto?
—¿Con sinceridad? —Louis asintió — Sí.
“¡Pero si son tan lindas las personas con las que comparto mi sangre!”
—No creo que pueda irme de viaje. Debo seguir con la agencia y no puedo tirar todo a la borda por las hermosuras de hermanas que tengo —comentó Louis, no sin darle su habitual toque de sarcasmo a todo.
Anthony, quien estaba perdiendo ya la paciencia por lo insistente que era Louis, como bien recordaba, miro a toda la habitación, intentando procesar una buena respuesta a su negación y así poder seguir trabajando en otros casos y agregar el nuevo. ¡Y qué trabajo!
La familia Tomlinson era, sin duda alguna, de las más impredecibles que conoció en toda su carrera. Amigo del padre de los hermanos, Matthew Tomlinson, conocidos desde muy jóvenes, también fue un golpe bajo la repentina muerte de Matt, pero ya era una muerte anunciada sin duda alguna. El cáncer de estómago fue encontrado tarde y posteriormente, la operación fue sin éxito. Alejando esos pensamientos, volvió a la realidad. Debía mostrarse de lo más profesional, sin que su vida íntima se interpusiera en el camino de él.
Louis lo observaba con indiferencia y apurado por la reunión de policías que debía presenciar sí o sí, se levantó de su asiento.
Fue un impulso quizá, no sabía ni siquiera por qué lo había hecho, pero de todas formas, las palabras se le escaparon y él fue el dueño de ellas.
—Está bien. Me iré de viaje. Nos mantendremos en contacto, ¿vale? Que tenga un buen día, Señor March.
Y, no espero más. Seguro que todos estaban ansiosos de su llegada a la estación de policías, y por supuesto, él se sentía igual de inquieto. Lo que sus hermanas quisieran, le entraba por un oído y le salía rápidamente por el otro, por lo tanto, la reciente situación en la que se encontraba, no lo desquiciaba ni nada por el estilo.
Sólo que lo molestaba mucho perder el tiempo en tal «estupideces», como él les decía. Además, era tan consciente como cualquiera que se estuviera por tirar de un precipicio de la excitación que le recorría por el cuerpo. Pero, no de nervios, ni ansias, ni nada por ese estilo, sino de la pasional, de la que lo encendía hasta poder llegar al punto de estar toda la noche despierto por satisfacer sus necesidades. Y ahí se encontraría Fae, una muchacha muy bien desarrollada, con piernas largas y suaves, alta y pelo dorado acompañado de unas mechas de otro color más oscuro de rubio y ojos celestes.
A Louis lo traía como loco desde hace bastante tiempo, y ya que se había cansado de tantos jueguitos por parte de ella, que si bien no era una santa, ese sería el día en el que por fin la tendría a su merced, y sin ningún tipo de molestias.
«Al fin y al cabo, todo es por pura seducción.»
—Señor Tomlinson, siempre es un gusto tenerte por aquí una vez más —éste le extendió la mano para que Louis la tomará.
—Ya sabes, problemas —bufó, recordando cada vez que fue a la oficina de Anthony a requerir de su trabajo. Advirtió la sardónica sonrisa que aparecía en la cara del abogado.
—Me lo imagino —pero, por supuesto que no era así; era la simple cuestión de caerle bien al cliente.
—Si no hay más de que hablar, me gustaría que empezáramos lo antes posible con esto —explicó Louis, irritado por los inconvenientes que le estaba provocando su difunto padre.
Pasaron al despacho de Anthony, y se acomodaron tranquilamente sobre los mullidos asientos. El abogado, muy bien pagado por cada cliente, se sentía gratamente feliz aquel día, por el pensamiento de cuánto sería el dinero que ganaría. Sacudió la cabeza, alejando esos ideas y observo tranquilo a Louis.
—¿Qué está sucediendo ahora?
—Mi padre murió, dejó la herencia y, si bien no tengo demasiado interés en su asqueroso dinero, lo quiero. Pero se presentó un gran problema: mis hermanastras.
—Ya veo… —susurró algo dolido. Se tocó la barbilla, intuyendo de qué se trataba todo.
—No quieren que acepte la herencia, y quisiera que todo se arreglará de una jodida vez.
—Vale. Debo ver más intensamente todo lo que ocurre. Mientras tanto, mi único consejo sería por ahora no te entrometas en estos temas —y tenerlo por un tiempo fuera de su alcance también serviría de ayuda para el abogado de la familia Tomlinson.
—¿Entrometerme? Le repito textualmente lo que dije: “Quiero que esto se arregle de una jodida vez”. Esas altaneras de mis hermanastras me están haciendo la vida imposible, y quiero que esto se acabe. ¿Me explico?
—Perfectamente —respondió Anthony, de forma automática. Se sentía lo bastante nervioso por la situación, pero la actitud de Louis no le estaba haciendo mucho juicio.
—¿Cuánto durara todo esto?
—No logro comprenderlo, ¿a qué se refiere?
—¡Ésta jodida situación!
—No lo sé, Louis.
Louis suspiró, cansado. Se pasó rápidamente las manos por el pelo, despeinandolo levemente.
—Mi consejo, sería que te vayas de viaje unos cuántos días, y en lo posible unos pocos meses.
—¿Es para tanto todo esto?
—¿Con sinceridad? —Louis asintió — Sí.
“¡Pero si son tan lindas las personas con las que comparto mi sangre!”
—No creo que pueda irme de viaje. Debo seguir con la agencia y no puedo tirar todo a la borda por las hermosuras de hermanas que tengo —comentó Louis, no sin darle su habitual toque de sarcasmo a todo.
Anthony, quien estaba perdiendo ya la paciencia por lo insistente que era Louis, como bien recordaba, miro a toda la habitación, intentando procesar una buena respuesta a su negación y así poder seguir trabajando en otros casos y agregar el nuevo. ¡Y qué trabajo!
La familia Tomlinson era, sin duda alguna, de las más impredecibles que conoció en toda su carrera. Amigo del padre de los hermanos, Matthew Tomlinson, conocidos desde muy jóvenes, también fue un golpe bajo la repentina muerte de Matt, pero ya era una muerte anunciada sin duda alguna. El cáncer de estómago fue encontrado tarde y posteriormente, la operación fue sin éxito. Alejando esos pensamientos, volvió a la realidad. Debía mostrarse de lo más profesional, sin que su vida íntima se interpusiera en el camino de él.
Louis lo observaba con indiferencia y apurado por la reunión de policías que debía presenciar sí o sí, se levantó de su asiento.
Fue un impulso quizá, no sabía ni siquiera por qué lo había hecho, pero de todas formas, las palabras se le escaparon y él fue el dueño de ellas.
—Está bien. Me iré de viaje. Nos mantendremos en contacto, ¿vale? Que tenga un buen día, Señor March.
Y, no espero más. Seguro que todos estaban ansiosos de su llegada a la estación de policías, y por supuesto, él se sentía igual de inquieto. Lo que sus hermanas quisieran, le entraba por un oído y le salía rápidamente por el otro, por lo tanto, la reciente situación en la que se encontraba, no lo desquiciaba ni nada por el estilo.
Sólo que lo molestaba mucho perder el tiempo en tal «estupideces», como él les decía. Además, era tan consciente como cualquiera que se estuviera por tirar de un precipicio de la excitación que le recorría por el cuerpo. Pero, no de nervios, ni ansias, ni nada por ese estilo, sino de la pasional, de la que lo encendía hasta poder llegar al punto de estar toda la noche despierto por satisfacer sus necesidades. Y ahí se encontraría Fae, una muchacha muy bien desarrollada, con piernas largas y suaves, alta y pelo dorado acompañado de unas mechas de otro color más oscuro de rubio y ojos celestes.
A Louis lo traía como loco desde hace bastante tiempo, y ya que se había cansado de tantos jueguitos por parte de ella, que si bien no era una santa, ese sería el día en el que por fin la tendría a su merced, y sin ningún tipo de molestias.
«Al fin y al cabo, todo es por pura seducción.»
disappear.
Re: Pure seduction{Louis Tomlinson}
por wanweird Mar 29 Jul 2014, 12:38 am
Sí, Lucho. Hazme tuya. A ella o a Fae, no importa a quién. No soy celosa :papada: ahrelok. ¡MI HERMOSA Y MUY AMADA VICTORIA! Mi Eric. Mi Abby. Tú sabes que amo tu escritura, siempre he amado tus fics y que traigas una nueva me pone de lo más feliz. Además de que Louis, hombre. Siempre he querido hacer una con él pero casi no tiene lectoras y es de lo más frustrante. Espero que sigas este proyecto pronto porque el prólogo me ha dejado de lo más ansiosa. No tengo muchas ganas de cansar el culo dejando un comentario largo, pero aquí estaré, esperando impaciente a que subas el primer capítulo, Vicky de mi vida. Ich liebe dich, mi amor.
wanweird
Re: Pure seduction{Louis Tomlinson}
por disappear. Vie 01 Ago 2014, 7:30 pm
tofu. escribió:Sí, Lucho. Hazme tuya. A ella o a Fae, no importa a quién. No soy celosa :papada: ahrelok. ¡MI HERMOSA Y MUY AMADA VICTORIA! Mi Eric. Mi Abby. Tú sabes que amo tu escritura, siempre he amado tus fics y que traigas una nueva me pone de lo más feliz. Además de que Louis, hombre. Siempre he querido hacer una con él pero casi no tiene lectoras y es de lo más frustrante. Espero que sigas este proyecto pronto porque el prólogo me ha dejado de lo más ansiosa. No tengo muchas ganas de cansar el culo dejando un comentario largo, pero aquí estaré, esperando impaciente a que subas el primer capítulo, Vicky de mi vida. Ich liebe dich, mi amor.
Me gusta mucho tu nombre
no sé qué tenes en la cabeza, pero vos sos mía, aunque posiblemente con Louis no tendría problema de compartirnos 
vos sabes que amo tu escritura también, ¿no? necesito desesperadamente leer algo nuevo, así que espero que tengas algo(?) o mejor dicho, voy a esperar a tus proyectos que serán más que hermosos, like you<3 subiré el primer capítulo hoy, seguro segurísimo:) sabes que amo los comentarios especiales y largos 
ich liebe dich sehr<33disappear.
Re: Pure seduction{Louis Tomlinson}
por disappear. Jue 14 Ago 2014, 11:00 am
Subiré capítulo entre los próximos días, debo corregirlo y todo ese tema:)) besos<3
disappear.
wanweird
Re: Pure seduction{Louis Tomlinson}
por disappear. Dom 17 Ago 2014, 6:24 pm
Lo subiré hoy, mi corazón<3 no te estoy encontrando conectada:(( ich liebe dich<3333
disappear.
Re: Pure seduction{Louis Tomlinson}
por wanweird Dom 17 Ago 2014, 8:03 pm
Es que me levanto muy tarde. Y por tus lares esa hora es un pecado 
ich liebe dich mehr 
ich liebe dich mehr wanweird
Capítulo 1
por disappear. Lun 29 Sep 2014, 6:05 pm
1
Era de lo más estresante tener que despertar cada mañana tan temprano. Pero sus niños lo valían. Aquellos pequeños diablillos que tanto quería estaban esperándola con una sonrisa en cada carita al llegar a la clase. Arqueé una ceja al verlos tan listos y atentos para mi clase. No recordaba un día que se encontrara en total paz y armonía la salita celeste del colegio Buena Vista de Londres. Dejó todas mis pertenencias, junto con los materiales de trabajo en mi estropeado escritorio y posicionó mis brazos encima de mi pecho; una sonrisa amenazaba con escaparse de mis labios.
—Parece que tienen buen ánimo hoy, ¿no es así? —aquellos chiquillos asintieron, algunos mostrando sus dentadura de leche, otro sin algunos dientes, y algunos ajenos a todo lo que sucedía.
—Hoy está usted muy bonita, señorita Betharny —exclamó Jael, levantando los brazos graciosamente y haciendo incontrolables muecas. Le revuelvo su espesa cabellera negra.
—¿Qué mosca les ha picado hoy?
Instantáneamente, comenzó un gran revuelo de griterios que tan acostumbrada estaba. Suspire y chistando para que aguardaran silencia, imaginó en lo largo que sería el día, y ni hablar de lo que me depararía. Tan sólo estaría de allá para acá, llegando a mí hora de dibujo. Y no dibujos espléndidos, extraordinarios, aquellos que quitaran hasta el aliento de sólo verlos; no, estaría dibujando las típicas casitas, hogares, autitos, personitas con su cuerpo formado por palitos y vestiditos con formas geométricas. Sí, lo mejor venía que era una dibujante desde pequeña, había hecho cursos y tenía muchas propuestas de trabajo, pero eso fue antes. Cuando él estaba ahí. Arruge la nariz, sin poder controlar el impulso al recordar esa desagradable parte de mi vida.
—Estamos listos.
Las chillonas voces de los pequeños me llamaron y sin más, me puse «manos a la obra.»
La jornada pasaba de lo más lenta en ese particular día. Sentía que algo no iría bien en el transcurso de lo que quedaba; lo podía intuir por el simple hecho de que cuando mi energía no era muy activa significaba algo malo. No es que fuera toda la vida la «Señorita Sonrisas», pero por lo general siempre iba alegre y sin rencores con nadie. Bueno, no tan exactamente con «nadie.»
Entonces, cuando me encuentro perdida en mis pensamientos, adviertó unas cuantas palmadas sobre mi hombro, el cual se encontraba desprotegido por prendas ya que ese día estaba algo soleada y muy lindo para sentir los rayos del sol chocar contra tu piel. No fueron fuertes, pero lo bastantes como para dejar una pequeña marca roja, que de a poco, y a mis ojos, fueron desapareciendo.
—¡Summer!
Cerré mis párpados, sintiéndolos cada vez más cansados de como iba desarrollándose la mañana de este lunes. «¿Qué más Dios? ¡¿Qué más!?»
Pero, no dejo que la irritante voz de Drake me sobrepase y le regaló una falsa sonrisa. Si la notaba o no, no me importaría realmente. Creía haber dejado bien claro cuál era nuestra situación, una que no daba ni marcha atrás, ni arrancaba. Entonces, ¿qué más podríamos hacer? Admitó que jamás intenté que fuera a más nuestra relación, pero Drake no sólo lo empeoro todo, sino que lo convirtió tan tedioso todo, que no de pensarlo ya me agota.
—¡Venga Drake! No puedes aparecerte siempre así por aquí —refunfuñe, molesta de que su amigable apretón me afecte tanto. Él se paralizó, pero no hice nada para que deje su ceño fruncido. Me arrecuestó sobre mi mullido asiento.
—Vale. La próxima avisaré.
Niego con la cabeza, echando fuego sobre mi mirada hacia él. Drake retrocede, y me invade una total satisfacción.
—¿Necesitas algo? —inquieró.
—Quiero hablar contigo —contestó, de forma obvia. Mis cejas llegan hasta el nacimiento de mi cabello, literalmente.
—¿Estás de broma, cierto? —preguntó con sorna.
—¡Por supuesto que no!
Me desencajó totalmente su respuesta. ¡Pero nos vemos siempre! Y lamentablemente.
—No te entiendo.
—Claro. Por supuesto que no lo entiendes… —susurra. Aunque llegó a mis oídos. Es mi turno de fruncir el ceño.
—¿Querrías ser tan amable y explicarmelo entonces?
Drake estaba a punto de abrir su boca y comenzar con su aclaración, y es interrumpido por el tirón de un niño sobre mi vestido negro. Hago una seña para que se calle y le prestó total atención a Jonathan, mi salvador.
—Señorita… —Jonathan era algo tímido y eso no se me pasó por alto. Fue de lo más adorable su cara regordeta enrojeciendo de la vergüenza. Asiento, entendiéndolo y él parece tomar algo más de coraje y finalmente me formula la pregunta —. ¿Podría ayudarme?
Feliz de pasar de esta conversación,dí por terminada la conversación y despedí a Drake, quien no se va sin antes abrazarme y darme un beso en la mejilla. Lo observe mientras se aleja. ¿Cuándo podré estar tranquila?
¡Por el amor de Dios! Un día terrible. Tuve la suerte de no encontrarme más a Drake. Una buena cerveza, fría y una charla con Amara me quitaría los nervios.
Arrancó mi pobre auto, y sumiéndome en otro mundo de gritos y bocinas, trato de no pensar en nada más que en llegar al bar. Ya me conocían bastante por ahí, y cualquiera sabía también que no me gustaba los jugueteos y mucho menos, los borrachos. Yo no me ponía así ni aunque estuviese de lo más deprimida del mundo, exijó que el otro tampoco.
—¡Summer, cariño! ¡Cuánto tiempo!
Spencer mueve su mano en mi dirección, pidiendo que me acercara a él. Nos saludamos como corresponde y me acompaña hasta la entrada.
—Tu amiga Amara está como loca.
Me extrañó. Amara era la persona más tranquila del mundo. Si yo, ya de por sí soy tranquila y además, insistente con lo que quiero, ella era la personificación de lo desganado.
—¿Y eso a qué se debe?
Spencer se acercó a mi oído, y con una voz estremecedora me susurra:
—Parece que le gusta el de las cámaras.
Intentó que una risotada no se escapé de mis labios, pero es inevitable. Y no una risotada, una gran y fuerte carcajada. ¡Una buena alegría, al fin! Spencer lleva una sonrisa torcida en la boca, también divertido por la situación. Secándome la lágrima que corría por mis ojos, y tomando aire para que mis pulmones se llenaran de bastante aire, entró al establecimiento, despidiéndome del gran guardia con otra movida de manos de mi parte, esta vez.
—¡Con que esas tenemos!
Amara se da la vuelta, y sostiene una gran botella de vodka. Sonríe, mostrando una hilera de dientes blancos y semejantes a las teclas de un piano. Deja delicadamente el frasco y pasando sus manos sobre su delantal, se las restriega y va directo a darme un abrazo. Parece que en el día ya había recibido una buena dosis de amor.
—No sé qué te habra dicho Spencer porque, ¡No es cierto! —me rió. Viniendo de ella, podría creerle no sólo eso, sino que toda y cada una de las cosas que me dijera Spencer.
—Nada de enamoramientos, ¿no?
Una tono fuerte de color carmesí se posa sobre sus marcados pómulos. Y ni hablar de aquella sonrisa que aparecía tímidamente sobre su cara.
—Quizás…
—¡Pero qué hacemos aquí paradas aún! Debes, te lo advierto, contarme todo.
—Vale, vamos a sentarnos —Amara le hizo unas señas a Spencer, quién resopló pero le regaló una dulce sonrisa.
Las dos nos fuimos directo a unos asientos del bar, algo apartados de la gente.
—Su nombre es Mark, y es la persona más dulce que he conocido en mi vida; lo conocí hace más de un año, en un curso de cocina, y si bien comenzamos una relación de amistad hace tres meses, yo quiero avanzar, pero… —se quedó callada, mirando cómo la gente pasaba a nuestros costados.
—¿Pero…?
—No avanza absolutamente nada. ¿Qué es lo que debo hacer? ¿Dar el primer paso yo? ¡No puedo hacerlo! Es patético, y no va con mi personalidad y…
—Espera, ¿te haces tantos problemas porque no sucede nada?
Avergonzada, me contestó:
—Pues, sí…
—¡Amara Elizabeth Josephine Antlas! ¡Deja ese estúpido estereotipo de decir: «No, él es el encargado de dar el primer paso, porque sí.» A veces, eso no es así; a veces, son unos tontos que no saben cómo dar el primer paso.
—¿Y por qué debo yo saber cómo hacerlo? —me preguntó, a la defensiva.
—Porque lo saber, es algo que seguro sientes, algo que quieres, y que sólo te lo impide todo lo que los demás vayan a decir de ti, pero —sacudí la cabeza, dejando de lado ese tema —, ese no es mi punto. Lo que quiero decirte, es que debes arriesgarte, quizás no todo sea cómo lo queramos, quizás no pase cómo lo pensamos; si este tal Mark no da ningún tipo de señal, ¡hazlo tú!
—Pero… es algo… Raro.
—¿Y quién dijo que a una mujer le gusta hacer eso? Es más bonito que el hombre haga todo su trabajo, como en las películas, pero sabemos que todo eso es ficción, y nosotras, mi querida Amara, estamos en el mundo real. Uno, en el que debemos vivir el hoy, no el mañana y jamás mirar hacia atrás.
—Vaya Summer, realmente saber de este tema —«No sabes cuánto lo sé.»
—No, claro que no sé, sólo hablo desde el instinto —como miento, al instante me siento fatal. Jamás se lo conte, y no pienso tampoco hacerlo… al menos no por ahora.
—Creo, que tomaré en cuenta todo lo que me haz dicho hoy, Summer. Te lo agradezco mucho —se paró y fue directo a darme un gran abrazo. Se lo devuelvo, con todo el cariño que le tengo, y es muchísimo.
Me despidó de Spencer, y saludó a algunas personas más. Cuando por fin llegó una vez más hasta mi auto, me encuentró con un problema, una grande: Mi coche estaba chocado, destrozado desde el principio hasta la puerta del conductor. ¡Qué carajos! ¿Qué diablos había ocurrido allí?
Casi entrando en un estado de desesperación total, encontré una nota:
Siento no tener el tiempo necesario para presentarme y pedirle las disculpas de frente. Accidentalmente choque su auto, cuando quiera, llámeme. Le dejo mi teléfono: 703-3451
Atentamente, Louis Tomlinson.
¡Genial! Un tal Louis Tomlinson ha estropeado mi único objeto valioso, algo en que podía tener la gran satisfacción. Sin ninguna duda, lo llamaré, y ahora mismo. ¿Qué se creen hoy en día todos estos? Seguro sería un pretencioso. ¡Carajo!
Marcó y esperó… Pero nadie me atiende. La única que me recibe es la voz de la operadora. Ni hablar, insistiría todo lo que fuese necesario.
Lo intentó una vez más, y ocurre lo mismo.
La tercera, es la vencida. Supongo.
Con un suspiro, vuelvo a llamarlo.
—Hola —una agitada voz me atiende, pero era una mujer. ¡Oh, vamos! ¿Es que el día, aún puede seguir mejorando? ¿A estas horas?
Me aclaró la garganta, que había estado obstaculizada por lo atónita que me quedé.
—Qué tal. ¿Es este el número de Louis Tomlinson, cierto?
—Sí, así es —escucho un «rurg», o algo semejante a un rugido, y mi cara se descompone por mi mueca de asco.
—¿Podría, por favor, pasarmelo? —inquiero, impaciente.
—Se encuentra… demasiado ocupado —abró exageradamente los ojos, cuando siento risas y le encuentro el doble sentido. ¡Horrible!
—¡Por favor! —bramó, cansada.
—Vale querida, ya te lo alcanzo.
«Al fin soy escuchada por los Dioses.»
—¿Quién habla? —su voz era grave y perfecta, sin ningún tipo de titubeos al hablar. Otra vez, me quedó sin palabras; pero la situación no merecía parecer una tonta, le haría frente a lo que fuese inevitable.
—Summer Betharny.
—¿Disculpe?
—Me pidió que lo llamará, fue el que destrozó mi pobre cacharro.
—Usted lo dijo, un total cacharro.
—Imbécil —susurró, por lo bajo.
—¿Cómo? —sientó como unas ganas irrefrenables surgen espontaneamente por hacerme reír, pero me abstengó de lo ridículo.
—No quería interrumpirlo, pero…
—Ya lo haz hecho.
—Lo sé, y me alegra.
—¿Por qué?
—¡Quiero mi auto, tal como lo era antes! ¿Es pedir demasiado?
—Si es por esa cosa, sí.
Respiró hondo.
—Señor Tomlinson, esto es absurdo. ¿Será tan amable usted, de explicarme cómo arreglará este tema?
—Cálmate, ¿estás apurada, bella?
—No me tuteé ni me tome el pelo. Haga algo, o le juro que no querra haber chocado a mi auto.
—Vale, señorita —notó un tono sarcástico en su tono, pero lo dejo pasar —. Vaya mañana a mi agencia y hablaremos si tan nerviosa la pone este tema y su pobre cacharro.
—Pero… ¡Debo trabajar mañana! No puedo darme el lujo de…
Antes de cortar, me dejo el nombre de su agencia. Police Society, era una gran empresa.
¿Entonces, con quién tuve el gran gusto de hablar hace unos momentos?
—Parece que tienen buen ánimo hoy, ¿no es así? —aquellos chiquillos asintieron, algunos mostrando sus dentadura de leche, otro sin algunos dientes, y algunos ajenos a todo lo que sucedía.
—Hoy está usted muy bonita, señorita Betharny —exclamó Jael, levantando los brazos graciosamente y haciendo incontrolables muecas. Le revuelvo su espesa cabellera negra.
—¿Qué mosca les ha picado hoy?
Instantáneamente, comenzó un gran revuelo de griterios que tan acostumbrada estaba. Suspire y chistando para que aguardaran silencia, imaginó en lo largo que sería el día, y ni hablar de lo que me depararía. Tan sólo estaría de allá para acá, llegando a mí hora de dibujo. Y no dibujos espléndidos, extraordinarios, aquellos que quitaran hasta el aliento de sólo verlos; no, estaría dibujando las típicas casitas, hogares, autitos, personitas con su cuerpo formado por palitos y vestiditos con formas geométricas. Sí, lo mejor venía que era una dibujante desde pequeña, había hecho cursos y tenía muchas propuestas de trabajo, pero eso fue antes. Cuando él estaba ahí. Arruge la nariz, sin poder controlar el impulso al recordar esa desagradable parte de mi vida.
—Estamos listos.
Las chillonas voces de los pequeños me llamaron y sin más, me puse «manos a la obra.»
La jornada pasaba de lo más lenta en ese particular día. Sentía que algo no iría bien en el transcurso de lo que quedaba; lo podía intuir por el simple hecho de que cuando mi energía no era muy activa significaba algo malo. No es que fuera toda la vida la «Señorita Sonrisas», pero por lo general siempre iba alegre y sin rencores con nadie. Bueno, no tan exactamente con «nadie.»
Entonces, cuando me encuentro perdida en mis pensamientos, adviertó unas cuantas palmadas sobre mi hombro, el cual se encontraba desprotegido por prendas ya que ese día estaba algo soleada y muy lindo para sentir los rayos del sol chocar contra tu piel. No fueron fuertes, pero lo bastantes como para dejar una pequeña marca roja, que de a poco, y a mis ojos, fueron desapareciendo.
—¡Summer!
Cerré mis párpados, sintiéndolos cada vez más cansados de como iba desarrollándose la mañana de este lunes. «¿Qué más Dios? ¡¿Qué más!?»
Pero, no dejo que la irritante voz de Drake me sobrepase y le regaló una falsa sonrisa. Si la notaba o no, no me importaría realmente. Creía haber dejado bien claro cuál era nuestra situación, una que no daba ni marcha atrás, ni arrancaba. Entonces, ¿qué más podríamos hacer? Admitó que jamás intenté que fuera a más nuestra relación, pero Drake no sólo lo empeoro todo, sino que lo convirtió tan tedioso todo, que no de pensarlo ya me agota.
—¡Venga Drake! No puedes aparecerte siempre así por aquí —refunfuñe, molesta de que su amigable apretón me afecte tanto. Él se paralizó, pero no hice nada para que deje su ceño fruncido. Me arrecuestó sobre mi mullido asiento.
—Vale. La próxima avisaré.
Niego con la cabeza, echando fuego sobre mi mirada hacia él. Drake retrocede, y me invade una total satisfacción.
—¿Necesitas algo? —inquieró.
—Quiero hablar contigo —contestó, de forma obvia. Mis cejas llegan hasta el nacimiento de mi cabello, literalmente.
—¿Estás de broma, cierto? —preguntó con sorna.
—¡Por supuesto que no!
Me desencajó totalmente su respuesta. ¡Pero nos vemos siempre! Y lamentablemente.
—No te entiendo.
—Claro. Por supuesto que no lo entiendes… —susurra. Aunque llegó a mis oídos. Es mi turno de fruncir el ceño.
—¿Querrías ser tan amable y explicarmelo entonces?
Drake estaba a punto de abrir su boca y comenzar con su aclaración, y es interrumpido por el tirón de un niño sobre mi vestido negro. Hago una seña para que se calle y le prestó total atención a Jonathan, mi salvador.
—Señorita… —Jonathan era algo tímido y eso no se me pasó por alto. Fue de lo más adorable su cara regordeta enrojeciendo de la vergüenza. Asiento, entendiéndolo y él parece tomar algo más de coraje y finalmente me formula la pregunta —. ¿Podría ayudarme?
Feliz de pasar de esta conversación,dí por terminada la conversación y despedí a Drake, quien no se va sin antes abrazarme y darme un beso en la mejilla. Lo observe mientras se aleja. ¿Cuándo podré estar tranquila?
¡Por el amor de Dios! Un día terrible. Tuve la suerte de no encontrarme más a Drake. Una buena cerveza, fría y una charla con Amara me quitaría los nervios.
Arrancó mi pobre auto, y sumiéndome en otro mundo de gritos y bocinas, trato de no pensar en nada más que en llegar al bar. Ya me conocían bastante por ahí, y cualquiera sabía también que no me gustaba los jugueteos y mucho menos, los borrachos. Yo no me ponía así ni aunque estuviese de lo más deprimida del mundo, exijó que el otro tampoco.
—¡Summer, cariño! ¡Cuánto tiempo!
Spencer mueve su mano en mi dirección, pidiendo que me acercara a él. Nos saludamos como corresponde y me acompaña hasta la entrada.
—Tu amiga Amara está como loca.
Me extrañó. Amara era la persona más tranquila del mundo. Si yo, ya de por sí soy tranquila y además, insistente con lo que quiero, ella era la personificación de lo desganado.
—¿Y eso a qué se debe?
Spencer se acercó a mi oído, y con una voz estremecedora me susurra:
—Parece que le gusta el de las cámaras.
Intentó que una risotada no se escapé de mis labios, pero es inevitable. Y no una risotada, una gran y fuerte carcajada. ¡Una buena alegría, al fin! Spencer lleva una sonrisa torcida en la boca, también divertido por la situación. Secándome la lágrima que corría por mis ojos, y tomando aire para que mis pulmones se llenaran de bastante aire, entró al establecimiento, despidiéndome del gran guardia con otra movida de manos de mi parte, esta vez.
—¡Con que esas tenemos!
Amara se da la vuelta, y sostiene una gran botella de vodka. Sonríe, mostrando una hilera de dientes blancos y semejantes a las teclas de un piano. Deja delicadamente el frasco y pasando sus manos sobre su delantal, se las restriega y va directo a darme un abrazo. Parece que en el día ya había recibido una buena dosis de amor.
—No sé qué te habra dicho Spencer porque, ¡No es cierto! —me rió. Viniendo de ella, podría creerle no sólo eso, sino que toda y cada una de las cosas que me dijera Spencer.
—Nada de enamoramientos, ¿no?
Una tono fuerte de color carmesí se posa sobre sus marcados pómulos. Y ni hablar de aquella sonrisa que aparecía tímidamente sobre su cara.
—Quizás…
—¡Pero qué hacemos aquí paradas aún! Debes, te lo advierto, contarme todo.
—Vale, vamos a sentarnos —Amara le hizo unas señas a Spencer, quién resopló pero le regaló una dulce sonrisa.
Las dos nos fuimos directo a unos asientos del bar, algo apartados de la gente.
—Su nombre es Mark, y es la persona más dulce que he conocido en mi vida; lo conocí hace más de un año, en un curso de cocina, y si bien comenzamos una relación de amistad hace tres meses, yo quiero avanzar, pero… —se quedó callada, mirando cómo la gente pasaba a nuestros costados.
—¿Pero…?
—No avanza absolutamente nada. ¿Qué es lo que debo hacer? ¿Dar el primer paso yo? ¡No puedo hacerlo! Es patético, y no va con mi personalidad y…
—Espera, ¿te haces tantos problemas porque no sucede nada?
Avergonzada, me contestó:
—Pues, sí…
—¡Amara Elizabeth Josephine Antlas! ¡Deja ese estúpido estereotipo de decir: «No, él es el encargado de dar el primer paso, porque sí.» A veces, eso no es así; a veces, son unos tontos que no saben cómo dar el primer paso.
—¿Y por qué debo yo saber cómo hacerlo? —me preguntó, a la defensiva.
—Porque lo saber, es algo que seguro sientes, algo que quieres, y que sólo te lo impide todo lo que los demás vayan a decir de ti, pero —sacudí la cabeza, dejando de lado ese tema —, ese no es mi punto. Lo que quiero decirte, es que debes arriesgarte, quizás no todo sea cómo lo queramos, quizás no pase cómo lo pensamos; si este tal Mark no da ningún tipo de señal, ¡hazlo tú!
—Pero… es algo… Raro.
—¿Y quién dijo que a una mujer le gusta hacer eso? Es más bonito que el hombre haga todo su trabajo, como en las películas, pero sabemos que todo eso es ficción, y nosotras, mi querida Amara, estamos en el mundo real. Uno, en el que debemos vivir el hoy, no el mañana y jamás mirar hacia atrás.
—Vaya Summer, realmente saber de este tema —«No sabes cuánto lo sé.»
—No, claro que no sé, sólo hablo desde el instinto —como miento, al instante me siento fatal. Jamás se lo conte, y no pienso tampoco hacerlo… al menos no por ahora.
—Creo, que tomaré en cuenta todo lo que me haz dicho hoy, Summer. Te lo agradezco mucho —se paró y fue directo a darme un gran abrazo. Se lo devuelvo, con todo el cariño que le tengo, y es muchísimo.
Me despidó de Spencer, y saludó a algunas personas más. Cuando por fin llegó una vez más hasta mi auto, me encuentró con un problema, una grande: Mi coche estaba chocado, destrozado desde el principio hasta la puerta del conductor. ¡Qué carajos! ¿Qué diablos había ocurrido allí?
Casi entrando en un estado de desesperación total, encontré una nota:
Siento no tener el tiempo necesario para presentarme y pedirle las disculpas de frente. Accidentalmente choque su auto, cuando quiera, llámeme. Le dejo mi teléfono: 703-3451
Atentamente, Louis Tomlinson.
¡Genial! Un tal Louis Tomlinson ha estropeado mi único objeto valioso, algo en que podía tener la gran satisfacción. Sin ninguna duda, lo llamaré, y ahora mismo. ¿Qué se creen hoy en día todos estos? Seguro sería un pretencioso. ¡Carajo!
Marcó y esperó… Pero nadie me atiende. La única que me recibe es la voz de la operadora. Ni hablar, insistiría todo lo que fuese necesario.
Lo intentó una vez más, y ocurre lo mismo.
La tercera, es la vencida. Supongo.
Con un suspiro, vuelvo a llamarlo.
—Hola —una agitada voz me atiende, pero era una mujer. ¡Oh, vamos! ¿Es que el día, aún puede seguir mejorando? ¿A estas horas?
Me aclaró la garganta, que había estado obstaculizada por lo atónita que me quedé.
—Qué tal. ¿Es este el número de Louis Tomlinson, cierto?
—Sí, así es —escucho un «rurg», o algo semejante a un rugido, y mi cara se descompone por mi mueca de asco.
—¿Podría, por favor, pasarmelo? —inquiero, impaciente.
—Se encuentra… demasiado ocupado —abró exageradamente los ojos, cuando siento risas y le encuentro el doble sentido. ¡Horrible!
—¡Por favor! —bramó, cansada.
—Vale querida, ya te lo alcanzo.
«Al fin soy escuchada por los Dioses.»
—¿Quién habla? —su voz era grave y perfecta, sin ningún tipo de titubeos al hablar. Otra vez, me quedó sin palabras; pero la situación no merecía parecer una tonta, le haría frente a lo que fuese inevitable.
—Summer Betharny.
—¿Disculpe?
—Me pidió que lo llamará, fue el que destrozó mi pobre cacharro.
—Usted lo dijo, un total cacharro.
—Imbécil —susurró, por lo bajo.
—¿Cómo? —sientó como unas ganas irrefrenables surgen espontaneamente por hacerme reír, pero me abstengó de lo ridículo.
—No quería interrumpirlo, pero…
—Ya lo haz hecho.
—Lo sé, y me alegra.
—¿Por qué?
—¡Quiero mi auto, tal como lo era antes! ¿Es pedir demasiado?
—Si es por esa cosa, sí.
Respiró hondo.
—Señor Tomlinson, esto es absurdo. ¿Será tan amable usted, de explicarme cómo arreglará este tema?
—Cálmate, ¿estás apurada, bella?
—No me tuteé ni me tome el pelo. Haga algo, o le juro que no querra haber chocado a mi auto.
—Vale, señorita —notó un tono sarcástico en su tono, pero lo dejo pasar —. Vaya mañana a mi agencia y hablaremos si tan nerviosa la pone este tema y su pobre cacharro.
—Pero… ¡Debo trabajar mañana! No puedo darme el lujo de…
Antes de cortar, me dejo el nombre de su agencia. Police Society, era una gran empresa.
¿Entonces, con quién tuve el gran gusto de hablar hace unos momentos?
disappear.
Re: Pure seduction{Louis Tomlinson}
por Kida Dom 12 Oct 2014, 9:46 pm
Vick! te amo, y amo esta bella novela, así que tenés nueva lectora. No me canso de decirlo, escribís perfecto. Por favor seguila apenas podas, sobra decir que no puedo esperar para leer el siguiente.
Ily
Ily
I'm just not sure whether my heart is working. And yours is beating double time. Cole & Ro. New Rules
Kida
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