Todo esta bien.No me pasa nada.{Intenta decirlo sin llorar. novela.

Everything it's ok. I'm Fine.

Las ganas de llorar y gritar al cielo que me den un poco de paz estaba de más, siempre quería ese sentimiento, paz, una palabra tan pequeña pero  un sentimiento tan grande. A veces me pregunto por qué nadie consigue lo que quiere, supongo porque Dios así lo prefiere, algunas veces las personas hacen lo que está incorrecto y otras lo correcto, somos así, no hay nada que nos pare. Cuando creemos que toda va bien, en realidad va mal, y cuando pensamos que no puede ir peor, una luz viene y nos alumbra el camino para hacer lo correcto, creo y todos se equivocan respecto a la vida, creo que debemos de mirar de diferente manera, que las personas dejemos de pensar que todo lo malo nos sucede, que las cosas que nos pasan es el karma, no creo en el karma, pero sí en que todo lo que se cosecha se siembra.

Creo que he sido mal educada, mi nombre es Mairim Lawrence, no se confundan, soy mujer, y tengo 15 admirables años, realmente no me quejo de mi vida,  no tengo amigos, vivo con mi hermana mayor y hermana menor, nuestros padres murieron en un accidente en un viaje de trabajo, los extraño mucho, pero no hay nada que pueda hacer. No tengo amigos si esa es su pregunta, y esa no era, les digo que no les responderé ninguna más, podré ser inspiradora, como por igual borde, no me culpen, culpen mi pasado.

Quizás Mairim no crea mucho en el amor, o no tenga amigos, pero todo cambia para mal como para bien, y eso es lo que Mateo ha hecho cuando entra en su vida, ella entró en la de él hace tiempo, solo que ella no lo sabía. Mateo intenta que ella vea que estar sola todo el tiempo no es agradable, que de vez en cuando tener un amigo es algo bueno, pero ella siempre busca la manera de contradecirle. No señoras y señores, ellos no serán la típica historia de amor, ellos podrán parecer estar sintiendo algo, pero ese algo no es amor, es cariño, cariño de amigos, una a la que Mateo confunde por amor y que Mairim intenta deshacer.

Hola Dens, estoy aquí :)
estaré esperando tus capitulos :3
Que hermosos todos los personajes *-* los amoooo, (ese logan es tan *-*)

estaré esperando

Capitulo 01

A veces la vida juega con nuestros sentimientos, otras simplemente nos da lo que no pedimos, y  ninguna de ellas me ha dado la vida, por lo que debo de admitir que estoy bien con ella,  por lo que no me molesta que me traten como una mierda o como si yo no existo, a decir verdad, agradezco ese gesto de las personas, así evito tener que pasar tiempo con personas idiotas que solo piensan en ellas, doy un bufido por tener que estar en biología, esa profesora no paraba de copiar  sobre el sistema circulatorio, ya mi mano se estaba hartando de sostener aquel lápiz, y estoy segura de que mis dedos tienen la marca del lápiz, justo cuando estaba terminando suena el timbre, no me levanto y termino de copiar.

-Señorita Lawrence, ¿No piensa irse?-escucho la voz confundida de la profesora, levanto la mirada y me encojo de hombros.

-Me faltan pocas cosas por copiar, no se preocupe, solo me falta el último párrafo.-le explico, ella ladea la cabeza y recoge sus cosas, un libro en su mano me llamó la atención, la profesora Santana era una mujer de unos 38 años, era joven y hermosa, y de una gran personalidad, lamentablemente su hija era lo contrario a ella, era una total perra, lástima que esta no lo sepa.

Aquel libro que tenía en la mano era “Las ventajas de ser invisible” ¡Que mierda! Esto es bullying, no he podido leer ese libro desde que lo vi, he intentado, pero el tiempo no me deja, al igual que mi flojera, por lo que me molesta que hablen de ese libro, lo leeré, o bueno, creo que mejor aparto eso de mi mente y me dispongo a seguir copiando, al terminar suspiro y recojo mis cosas para despedirme de la profesora y largarme de esa aula, no odiaba biología, pero el ambiente de ese lugar lo odiaba, y todo por los compañeros que me han tocado, los cuales se han encargado de hacerme la vida imposible ¡Inclusive los nerds! Es decir, ¿Qué rayos sucede? No les hice nada, solo entrar a este jodido colegio.

Dejando atrás mis comentarios sobre la clase de compañeros que me ha tocado, me dirijo a mi casillero y dejo los libros ahí, al cerrarla con mi clave me dirijo a la cafetería, al llegar ahí la mirada de los demás cursos se posaron en mi, mientras que los de mi aula ni un ojo se poso en mi, ruedo los ojos y me  voy  a hacer la fila, en donde me ha tocado de última, no me quejo, por lo menos nadie esta atrás de mi, saco mi celular y le coloco los auriculares, al desbloquearlo pongo mi canción favorita, Good Girls de 5sos, esa canción es tan pegajosa, y no puedo negarlo. 

Mi turno, pedí lo de siempre, un sándwich y un jugo de cereza, no pido otra cosa que no sea eso, y de postre un chocolate blanco, como amo los hersheys blancos, me siento en una mesa vacía, como siempre, esa al parecer se ha vuelto mía, y debo admitir que me encanta estar aquí a solas, la hermosa soledad es mi mejor amiga, como en silencio mientras mis oídos se inundan de mi música favorita, al terminar de comer empiezo a leer en wattpad, como amo esa aplicación, al igual que amo las novelas que hay en esta app, estaba leyendo “Aquarelle moi”  iba en capítulo 15, no estaba terminada, pero no dejo de releerla hasta que la escritora suba, sumida en aquella historia de Harry y Phie, me olvido por completo de todo lo que pasa a mi alrededor, y eso me hace estremecer, raro, pero esta historia es realmente increíble, me ha atrapado y se ha vuelto mi droga, como me encantaría llegar a escribir como esta chica.

-¿Qué rayos?-comento confundida y atónita al ver mi celular tirado en el suelo, al lado mío estaba una pelota de soccer, doy un bufido, jodidos chicos que no controlan sus pies, mi auricular se habían quitado, dando a escuchar lo que escuchaba, era un mashup de Talk dirty to me y Problem.

-¿Estás bien? Lo siento enserio.-escucho la voz de un chico realmente apenado, enojada me levanto y cojo su pelota para luego coger mi celular, lo miro sin ninguna expresión, le doy el balón y bufo.

-Como sea, solo no lo vuelvas a hacer.-comento poniéndome los auriculares y dejándolo con la palabra en la boca, no quería entablar una conversación con nadie, y no quiero a nadie a mi lado,  comencé a caminar sin mirar atrás.

-¡Espera!-escucho la voz de aquel chico, frunzo el ceño y paro mi caminar, giro mi cabeza para mirar al castaño chico.

-¿Qué?-pregunto seca, el me mira nervioso y se muerde su labio inferior, ruedo los ojos, rayos mi tranquilidad se ha ido.

-¿Cuál es tu nombre?-pregunta con una sonrisa, enarco una ceja, seguro es un ligón, de eso no hay duda.

-¿Acaso eso importa?-le respondo con una pregunta, el me mira sorprendido, me mira a los ojos y yo ruedo los míos, << idiota. >> Pienso.-Marianne.-respondo con un nombre falso, ni loca le doy mi nombre a un completo desconocido, el me mira y sonríe.

-Mateo.-comenta extendiendo su mano, la miro como si su mano tuviera un ojo, a lo que el suspira, levanto mi mano y la estrecho a la suya, un cosquilleo se extiende en mi mano, es como si 6 hormigas caminaran en ella por diferentes lugares.

-Es un gusto, pero ya me tengo que ir, tengo cosas importantes que hacer.-comento extrañada, el asiente con la cabeza mirándome, frunzo el ceño al ver que no ha soltado mi mano.- ¿Puedes soltar mi mano?-pregunto algo incomoda, el se ruboriza y ríe nervioso, suelta mi mano y lo miro por última vez para comenzar a caminar a la biblioteca.

¿Qué? Bueno, si es cierto que no tengo nada importante que hacer, pero no iba a perder mi tiempo en hablar con alguien, y menos si se trata de un chico. Al entrar en la biblioteca me siento en las últimas mesas, amo estar en el fondo, y no es por alejarme de los demás, simplemente me gusta. Saco mi libro de historia y comienzo a leerlo, a decir verdad, tengo un examen en unos minutos y no he estudiado nada, por lo que he decidido estudiar los pocos minutos que me quedaban.

(…)
Maldito examen de historia, nunca en mi vida le vuelvo a creer a los profesores, te dicen que estudies lo que saldrá en el examen y no es cierto, recojo mis cosas con enfado y le entrego el examen al profesor con cara seria, seguro no ganaré nada más que un ocho o un seis, siempre gano esas notas. Al llegar a la salida busco con la mirada el carro de mi hermana mayor, Chlöe,  ella estudia en la universidad administración de empresas, su universidad queda cerca del colegio, por lo que siempre me viene a buscar, pero al parecer aún no ha llegado, suspiro y decido salir del colegio.

-¡Marianne! ¡Hey Marianne!-escucho que alguien llama a otra persona muy cerca de mí, por lo que ni giro la cabeza.- ¿Acaso no me oyes? Te he estado llamando.-alguien me toca el hombro y me gira suavemente, frunzo el ceño al encontrarme con el castaño de hace unas horas, oh, para el soy Marianne.

-Si, bueno, también hay algo que se llama ignorancia.-respondo encogiéndome de hombros, restándole importancia, el me mira con confusión.-Mira, te diré, no necesito amigos, estoy bien así, por lo que no te acerques a mí nunca más, ¿Entiendes?-digo de la manera más cruel que pude haber hecho, vaya, incluso a mí me dolieron mis palabras.

-¿Porqué? ¿Porqué no quieres tener amigos? ¿Qué hay de malo con eso?-pregunta frío, pestañeo varias veces al escuchar ese tono de su parte.
-Simple, no existen los amigos.-dicho esto le miro por primera vez a los ojos, azules, un hermoso azul que me hizo pensar que pueden falsos.

-O quizás creas que te van a hacer daño, como alguna vez alguien te lo hizo a ti.-y sus palabras  fueron como dagas a mi corazón, aparto la mirada de él y bufo.

-No sabes nada de mí, es más ni sé porqué estoy hablando contigo.-declaro molesta, me cruzo de brazos y le me muerdo el labio inferior. Gracias a Dios que antes que el dijera algo, las  bocinas del auto de Chlöe hicieron que la mire con una sonrisa, su carro era descapotable, y esta vez el techo no estaba, por lo que la podía ver perfectamente, sin despedirme del chico de ojos azules me acerco a mi hermana.-¡Gracias! Te debo una.-le digo con una sonrisa en la cara, ella frunce el ceño confundida.

-¿De qué mierda hablas?-pregunta con su ceño fruncido, río y niego con la cabeza mientras ella da marcha al auto.

-Nada, me salvaste de una situación nada agradable.-afirmo ladeando la cabeza, me quito los zapatos y subo mis pies a la silla del copiloto.-¿Cómo te fue en la universidad?

-Bien, haré como que eso nunca pasó.-hace una pausa y me mira enarcando una ceja.-La pregunta realmente sería: ¿Qué no pasó en la universidad?

-Guau, ¿Qué pasó ahora? ¿El regordete de Grinch te invitó a salir? O ¿El apuesto profesor te puso mala nota otra vez?

-¡Es que no se hartan de la misma rutina!-exclama  rodando los ojos, río a carcajadas, Jeff Grinch es un compañero de clases de Chlöe, y digamos que está flechado por ella, pero es tan feo y gordo que ni yo quiero estar con él, por otro lado, su profesor es muy guapo, pero sin mencionar el simple hecho de que, le hace la vida imposible bajándole la nota por estupideces.-Pero algo cambió hoy.-dice con una sonrisa, frunzo el ceño ante aquella extraña sonrisa.

-¿Qué pasó?-pregunto curiosa, entonces ríe y me dan ganas de matarla por dejarme con esta ansiedad de saber.
-Ya sabrás cuando lleguemos a casa, no quiero que Lilith deje la casa como un desastre.-comenta aterrada, me encojo de hombros, Lilith, nuestra hermana menor, una niña tan tierna…a quien engaño, es el demonio en vida.

Al llegar a la casa lo primero que hago es ir a mi habitación y encerrarme en ella, hago mis tareas y al terminar me lanzo a mi cama. No entiendo porqué aquel chico se acercó a mí, e incluso me habló, pero me molesta el hecho de que mi regla número 3 se ha roto. Antes de entrar en la secundaria puse reglas que yo no puedo romper, son estúpidas, pero esas reglas me han salvado de tener que ser el blanco fácil de los populares y de los matones. Regla número 1: Ser amable, pero solo al punto de ayudar a alguien, después de eso, no intentes nada más. Regla 2: Ignorar los insultos  y las personas, así nadie sale lastimado. Regla 3: No hacer, ni intentar entablar una conversación con una persona, y menos si es chico. Reglas idiotas, pero me han ayudado mucho, y por culpa de ese castaño he roto una regla. Poco a poco el sueño me viene encima, la dulce voz de Justin Timberlake resuena por toda mi habitación con la canción que según mi madre, es un tanto cliché, Holy Grail, sonrío con nostalgia al acodarme de mi madre, como me encantaría que ella estuviera aquí a mi lado.

No puedo hacer nada para que vuelva, simplemente seguir aquí en el mundo, viendo como las personas se siguen traicionando, mintiendo, dañando sus vidas y lo peor, dañar la de otros.

Abreme: