※Live In Darkness※

El crujido de las hojas de otoño al contacto con el pie de la pequeña niña era lo único que se escuchaba por el solitario bosque. Las lagrimas jugaban una interminable carrera a través de la cara de una Elizabeth de 11 años. Llegó al claro donde siempre iba a llorar. Este año que llevaba en Inglaterra no paraba de ir allí. Se tiró de rodillas a la hierba y empezó a deshacerse las trenzas. Otra vez las crueles niñas de la escuela se habían burlado de ella por su acento y su mamá la había ignorado completamente, concentrándose únicamente en el maquillaje de Patty. Patty tenía 6 años más que ella, pero como Elizabeth pensaba: '' Tiene la mentalidad de una niña de 4 años''. Elizabeth se peinó el cabello con los dedos y se sacudió la hierba de su vestido azul cielo. Si alguien la hubiese visto allí sola la habría confundido con Alicia en busca de la madriguera del conejo.

(...)

-¡ERES UNA INÚTIL!- le gritaba Patty a Elizabeth.- ¡MIRA LO QUE LE HAS HECHO A MI CAMISA!
Elizabeth asustada miró la camisa de su hermana mayor. Una minúscula (casi invisible) mancha color carmesí se hacia presente en una de las mangas. Patty levantó su mano con intención de pegarle una bofetada a su hermana menor, pero la detuvo la mano firme de su madre.
+Patty, deja a esa mocosa en paz, no merece la pena- su madre miró a la pequeña con asco.- Ahora ven, vamos a arreglarte el cabello para esta noche.
Madre e hija desaparecieron por la puerta del salón. Elizabeth corrió hacia su habitación cerrando la puerta. Se sentó en la silla enfrente de su escritorio y sacó una carpeta rosa. La abrió y sacó todos los dibujos que había hecho. Eran dibujos propios de una niña que se sentía invisible. Eran propios de Beth.

Elizabeth metió los dibujos otra vez en la carpeta y tiró la carpeta debajo de su cama. Se pasó la mano por la frente y se levantó del suelo enmoquetado de su habitación. ¿Para qué molestarse en recordar su pasado? Salió al salón donde se encontró con Clarisse y Finn, fundiéndose en un apasionado beso.
-Me gustaría que no practicarais el canibalismo en el salón- dijo con una sonrisa burlona.
Los dos tórtolos se separaron rápidamente, rojos como un tomate. Soltó una pequeña risa y se dirijió a la pequeña cocina americana.
+Anda que tu también eres muy oportuna- bufó Finn. Él y Beth tenían mucha confianza. El era una especia de hermano que nunca tuvo. ¿Y qué pasó con Patty? No se puede considerar familia.
-¿Té?- les ofreció Beth con una sonrisa exagerada. La pareja asintió con burla.
Beth fue a coger las tazas cuando la manga de su ancho jersey cayó hacia abajo dejando a la vista sus cicatrices. Una punzada atravesó su cuerpo de arriba abajo. Sacudió la cabeza y bajo las tres tazas.

(...)
Salió de la cocina y dejó la bandeja con tres tazas de té humeante en  la pequeña mesa de enfrente del sofá. Se sentó en el sillón de al lado del sofá dejándoles el sofá a Clarisse y a Finn. Pasaron la tarde entre risas y anécdotas de Finn. Beth poco intervenía en la conversación, ya que otra parte de su pasado estaba aflorando entre sus recuerdos.

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