Pretty Little Liars (One Direction)

Nombre: Pretty Little Liars (One Direction)
Autor: Sara Shepard. (Adaptación: LittleeMonsteer)
Adaptación: Si, Pretty Little Liars.
Género: Romance, Misterio.
Advertencias: No trata sobre los chicos! Advierto, si salen y son casi protagonistas pero la historia no gira alrededor de ellos y puede que no salgan en todos los capítulos.
Otras Páginas: El original lo publiqué en Potterfics.
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Nunca confíes en una chica bonita con un feo secreto
En el exclusivo suburbio de Inglaterra, Holmes Chapel,
Alice Pieterse es la Abeja Reina de su colmena de élite en séptimo grado.
Katie, Sophie, Vannesa y Jessie compiten por llamar su atención
aun incluso cuando cada una de ellas esconde un
horrible secreto que sólo Alice sabe.
Así que cuando Alice se muda después de una fiesta de pijamas, nunca se vio de
nuevo, y cada chica esta destrozada, pero también un poco aliviada.
Ahora es tres años más tarde, y aunque las cuatro chicas han crecido separadas,
todavía cada una de ellas esta escondiendo algo. La gimnasta "perfecta" Katie está teniendo
un romance prohibido por sus padres, la fashionista Sophie roba para
sentirse mejor, la sangre azul Vannesa está durmiendo con el
novio de su hermana mayor, mientras la tradicional Jessie está tratando de ignorar
su atracción hacia su nuevo compañero (tal vez no tan nuevo) al que todos odian (incluida la vieja Alice)
Cuando las chicas comienzan a recibir amenazantes mensajes de texto y correos
electrónicos de alguien conocido sólo como "Al", deben enfrentar el hecho contra
todo pronóstico, que al parecer Alice está de vuelta.
¿Podría Alice estar aún cerca? Y si es así, ¿por qué esta tan decidida a destapar
todos sus sucios pequeños secretos?


Comenten y subo el prólogo... pero si hay muchos...subo el prólogo y el capítulo 1

Woouu! ¡Primera Lectora! Me encanto, muy original tu idea. ¡Siguela!

Nueva Lectora!
Me llamo Vanessa, puedes llamarme Vane o como gustes xd
Me encantó y ya quiero que la sigas, enserio, muero de ganas por saber que pasará:B

Capitulo 1: Viejos Recuerdos.
El cielo de Holmes Chapel estaba increíblemente soleado, la tarde aparecía con un poco de picor, Jessie Tomlinson recordaba con una boba sonrisa mezclada de extraña manera con un ceño fruncido aquél día en el que decidió convertirse en la mejor amiga de Alice Pieterse, claro ¿Quién no iba a querer ser amiga de Alice? Era bella, inteligente, amable, todo lo que ella no era ,bueno, exceptuando la parte de amable que era bastante, pero ¿bella? No, eso no.
El viento soplaba en Holmes Chapel, era otoño y Jessie iba en sexto grado junto con aquellas chicas que siempre parecían tan bonitas, tan...perfectas. Estaba afuera del aula, en esos momentos le tocaba Arte pero la señora Grillet le había dejado salir antes por haber terminado primero la pintura que había ordenado unas semanas antes. Comenzó a redactar en su diario alguna historia completamente falsa que, si alguna vez alguien lo leía, haría pasar por realidad, en sus historias ella era la chica popular, la chica “Holmes Chapel” Una chica perfecta que cumplía con el estatus de niña bonita y rica, algo que era completamente opuesto a la realidad, entornó los ojos al ver acercarse con sigilo al grupo de oro entre los chicos de sexto grado o como ella solía llamarles “Típicos Chapel” nunca podía diferenciar a ninguna chica entre las que se encontraban en ese grupo, todas eran iguales, rubias, ojos azules, piel traslúcida, arrogantes y falsas, también un poco tontas, excepto ella, Alice Pieterse. Ella era inconfundible, sobre todo por el hecho de que era la única con cabello castaño oscuro, clavó su vista después en otra chica que se acercaba con tacones bajos, caminando en una perfecta linea recta, su cabello extrañamente peculiar estaba amarrado en una coleta de lado y sus ojos de color gris como las nubes del cielo cuando está nublado se posaron entonces en Jessie, sonrió de manera un poco escalofriante y se posó de pie frente a ella.
-Hola-saludó sin mirarle aún, su vista estaba en otra cosa pero no podía deducir qué era.
-Uh...¿Hola?-contestó la castaña o ¿rosada? Bueno, Jessie.
-Mi nombre es Katherine-susurró pero era obvio que Jessie ya lo sabía, era una chica bonita, inteligente pero de alguna forma no pertenecía al grupo de Alice, lo cual era extraño pues cumplía con todas las características de aquél grupo.
-Soy Jessie-alcanzó a decir con un tono monótono.
-¡Katie!-gritó un chico de cabello rizado y los ojos como una fina obra de arte en gamas verdes.
-Lo siento, debo irme-atinó a decir mientras se ponía de pie y corría hacia el chico.
Entonces volvió a clavar su mirada en la perfecta Alice y para su sorpresa, ella le veía también, sonrió tímidamente mientras la chica perfecta rodaba los ojos para posarlas en sus gatas, es decir, amigas Jenna y Julia.

Volviendo a la realidad, Jessie se puso de pie asomando su cabeza ligeramente por la ventana, sonrió al ver a su vieja amiga mientras caminaba y reía , recordó la promesa de mantenerse JUNTAS habían prometido estar las cinco, pero sin el pilar infalible que era Alice la amistad se había quebrado, aunque Vannesa y Katherine seguían siendo tan amigas como siempre, pues, aunque Vannesa tenía carácter y nunca dejaba que Alice la moviera como a su títere personal era divertido pasar el tiempo con ella. Vannesa levantó la mano en señal de saludo dirigido a Jessie y esta lo notó saludándole también. De pronto un ruido la asustó, era el sonido de su teléfono al vibrar contra la mesita de noche color lila que había junto a su cama, lo tomó entre sus dedos pero la pantalla estaba en blanco, eso era algo extraño aunque su teléfono ya estaba bastante usado y podía ser que estuviera descompuesto.
Bajó los escalones para dirigirse al comedor a almorzar, se sentó en su silla favorita, en el extremo derecho de la mesa y tomó una tostada untada con mantequilla y la llevó a su boca para degustarla.
-Que bueno que al fin compraran la vieja casa de los Pieterse ¿No creen?-preguntó la señora Tomlinson, ella asintió sin siquiera haber escuchado la pregunta, su hermano bajó las escaleras de un salto y tomó la tostada del plato de Jessie para llevarlo a su boca.
-Creo que unos chicos de su edad se mudaron ahí podría...-su mamá fue interrumpida por Louis, su hermano que con la boca llena habló.
-Tengo dieciséis, casi diecisiete no puede ser que aún me compares con esta mocosa...-dijo con una sonrisa burlona, ella rodó los ojos.
-Cumpliré dieciséis el tres de abril, unos cuantos meses ¿puedes esperar? Además soy más madura que tú en demasiados aspectos.-se quejó la castaña con el ceño fruncido.
-Bueno, ¿Quieren ir a dejar esa canasta por favor?-cuestionó la señora Tomlinson con evidente migraña mientras se ponía la yema de sus dedos en las sienes. Apuntó un monstruo de celofán color rosado, dentro reunió un millón de cosas al azar-frutos secos, esas cosas de goma que se utilizan para tener frascos abiertos, pollos de cerámica (la mamá de Jessie estaba obsesionada con los pollos), una guía de posadas de Holmes Chapel, y otras cosas- en una gran cesta de mimbre de bienvenida.
Salieron de la casa con Louis sosteniendo la canasta con un solo brazo mientras le esculcaba con el otro, se giró para clavar los ojos en su hermana.
-¿Extrañas a esa tonta?-preguntó mientras mordisqueaba una barra de pan de ajo que había dentro de la canasta.
-¿Quién?-preguntó ella intentando evitar aquella incómoda plática que de seguro haría surgir el secreto que había guardado durante casi tres años.
-Ya sabes, Alice Pieterse, la tipa que vivía en esa casa...la que se mudó a California con sus padres aunque nunca supe el porque-él se encogió de hombros.
-Si, california...-dijo ella rememorando el oscuro secreto de Alice.
-¿Qué? ¿Acaso sabes algo que yo no?-preguntó él levantando una ceja.
Ella asintió ¿Qué caso tenía continuar ocultando el secreto? Ambos detuvieron su caminata mientras él se giraba a verle.
-Cuéntame...
-Verás...ella no se fue a California, ella...ah, sus papás decidieron que lo mejor era meterle en un internado Saint Francois creo, está en...-comenzó a platicar pero Louis le interrumpió.
-¿Irlanda?
-Exacto ¿Como sabes?-preguntó ella, esperaba no haberle contado dormida.
-Es una especie de Hospital Psiquiátrico-dijo él con una sonrisa burlona-Siempre supe que esa lela estaba loca.
Se detuvieron frente la gran casa victoriana color blanco que estaba al fondo de su calle, había una enorme pila de libros destartalados sobre el césped, Jessie apartó su cabello castaño de su hombro y miró a su hermano que seguía manoseando las cosas de la cesta.
-¡Deja ahí, Lou! Vamos a entregarla...-sonrió al ver a su hermano guardar el frasco de mermelada de vuelta en el cesto.
Se acercaron lentamente hacia el pórtico y un extraño olor a Lilas inundó sus fosas nasales, ese era el perfume de Alice y la casa estaba llena de ese aroma, Lou levantó con delicadeza su mano que formaba un apretado puño y con sus pálidos nudillos tocó la puerta en un estridente ritmo pegajoso.
Un chico de aproximadamente 16 años abrió la puerta, su cabello color negro estaba peinado de forma desordenada mientras que una parte del cabello caía sobre su frente cubriéndola, sus ojos de color azul oscuro estaban enmarcados por unas negras ojeras.
Sus pómulos se levantaron cuando esbozó una sonrisa y entonces, Jessie le reconoció. Era Tom Hawthorne, el tipo de chico “gato negro” que solía molestarle en séptimo grado, Tom era esa clase de chicos que cuando los veías en la calle cambiabas de acera, el que cuando le veías pasar por tu casa pensabas “voy a reprobar mi examen” , si te miraba divertido, cuidabas tu espalda, pero él se había mudado tiempo atrás y ahora, justo ahora se mudó a el mismo pueblo en la vieja casa de su peor enemiga de la infancia.
Louis le entregó la canasta con una especie de mueca, el chico la recibió mientras sonreía y miraba de reojo su mano derecha, Jessie la observó también, portaba una navaja suiza.
-Creo que ya nos vamos, sólo veníamos a darte la bienvenida de nuevo-sonrió nerviosa mientras tomaba la mano de su hermano y le jalaba con fuerza fuera del pórtico.-Adiós Tom.
El cielo se había tornado purpúreo y las luciérnagas comenzaron a aparecer en el cielo nocturno de aquél lugar, Louis se atrevió, después de varios minutos a preguntarle a su hermana de donde conocía a aquél chico.
-Es Tom Hawthorne, se mudó hace ¿dos años? A Holanda, creo-dijo ella intentando parecer demasiado obvia, él seguía sin recordar en absoluto, ella rodó los ojos.
-Es el chico que comía gatos...-obvió, él sonrió recordando, ambos se detuvieron frente a la puerta de aquella hermosa casa, en Holmes Chapel tenías más oportunidad de vivir en una enorme casa de cuarenta y siete habitaciones con vista a un lago privado y un molino de viento propio, una granja con animales, cosechas y un bosque propio que vivir en una casa prefabricada con cuatro habitaciones y dos baños. Louis se apresuró a tocar el timbre, su madre Holly ya estaba preocupada como era común en ella, él se apresuró a saludarle y subir las escaleras como alma que lleva el diablo, Jessie apostaba a que apenas haría los deberes del colegio, ella, entró dejando las inútiles llaves sobre la mesita del recibidor junto al teléfono y caminó hacia la cocina, su estomago rugía hambriento, tomó un plato hondo del lavaplatos entre sus pálidas manos mientras sus pensamientos volvían al día en el que Alice les había asegurado que Tom comía gatos y ella había corrido el rumor como su fiel sirviente, sacudió la cabeza y se dirigió hacia el refrigerador, dejó el plato en la barra y con cuidado sacó el cartón de leche, le retiró la tapa poniéndole sobre la barra junto al plato y colocó un poco de leche en éste último, tomó la tapa de color rojo de nuevo y cerró el cartón para terminar guardándole como la chica ordenada que era, puso un poco de su cereal favorito, hojuelas de maíz con frutos rojos. Tomó su “cena” y se dirigió esta vez a la sala de su casa para ver un poco de televisión, sus ojos terminaron por pesarle hasta que se cerraron, el día siguiente sería duro como lo habían sido los últimos años cuando no tenía con quién sentarse en el almuerzo más que con sus compañeras de Hockey, pero ellas eran tan vacías que probablemente no le harían caso, sería bastante duro con Tom en la ciudad.
La mañana apareció sobre Holmes Chapel, Jessie despertó adolorida por la incómoda posición en la que había dormido, con un bol entre las piernas con cereal a medio terminar, hizo lo que haría cada mañana, se metió al baño a tomar una ducha y se vistió portando el uniforme de Hockey, era lunes así que tendría entrenamiento a primera hora, perdiendo Literatura afortunadamente, guardó en una mochila su ropa para después y con evidente sueño bajó a desayunar, su madre le miró con reprensión.
-Dormiste en el sofá-se quejó, ella se encogió de hombros y empezó a buscar alguna excusa, una buena excusa.
-Si...es que me quedé dormida cenando-terminó por confesar la verdad.
-¡Debiste haberte ido a dormir cuando llegaste! ¡YA ERA TARDE!-escupió su madre, siempre tan perfeccionista.
-Mamá, relajate, eran las 8 de la noche-intervino Louis intentando tranquilizar a su madre.
-Bueno, ahora apúrate que llegarás tarde al entrenamiento, y yo me muero si no veo el trofeo del campeonato en tus manos-dijo su mamá dramatizando como solía hacerlo, ella rodó los ojos y tomó su mochila en un hombro, dejando un huevo estrellado con tocino sin probar sobre la mesa, salió de su casa cerrando la puerta a su espalda y emprendió la caminata a la escuela que, después de todo, no estaba tan lejos.
Pasó frente a la casa de su vieja amiga Sophie que iba saliendo en ese momento de su casa.
-Hola, Jessie-saludó la castaña con una sonrisa incómoda.
-¿Qué tal, Sophie?-preguntó ella, la castaña sonrió.
-Nada nuevo ¿Qué tal tú?-preguntó.
-Tampoco.
-¿te gustaría salir algún día? ¡Al cine o no sé!-dijo Sophie intentando evitar una plática más larga.
-Si, estaría bien.
-Bueno, adiós...¡¡CARRIE!!-escuchó cuando se alejaba cruzando a la otra acera para encontrarse con la “No es” favorita de todos los tiempos, Carrie Sutherland, ella había sido una nerd desde tiempos inmemorables pero en el verano entre octavo y noveno grado había cambiado demasiado, pasando de “fea con lentes, cabello grasoso, brackets y una horrible nariz” a “fea sin lentes, cabello casi perfecto (rubio ahora), dientes nada chuecos y horrible nariz” Si, no era de su gusto hacerse una cirugía estética.
Jessie llegó finalmente a la escuela, caminó hacia la puerta enorme de un color verde oscuro que a su parecer era demasiado horrendo. Comenzó a caminar con lentitud y paseándose por los pasillos hasta llegar a el casillero numero 354, que era el suyo, puso la contraseña 13-78-94 y éste se abrió, quitó su mochila de los hombros y la metió de casi una patada, una hoja color rosado cayó de la parte superior de la puerta, se agachó para levantarla del suelo, y leyó -extrañamente en voz alta-.
“Espero que mi secreto esté a salvo, y espero que Louis no abra la boca o yo lo haré para hacerte quedar como la perdedora que eres, Besos. Atentamente, Al.”
Tragó saliva nerviosa, eso debía ser una broma, Alice estaba en Irlanda y era imposible que esa nota fuera de ella, debía ser una especie de broma pesada. Una broma de muy mal gusto.

Me gustó mucho! Siguela plis!